Si sois asiduos a esta cadena, una red nacida a principios del siglo XX para dar respuesta al creciente volumen de turistas que visitaban nuestro país, sin duda conoceréis los Paradores de Turismo en A Ribeira Sacra. Hablamos de 2 de los 13 paradores que podemos encontrar en Galicia, pero se trata de establecimientos muy especiales, os contamos por qué.
Historia de los Paradores
En tiempos del Patronato Nacional de Turismo, los responsables miran a Europa y a ciudades que ya tenían un flujo importante de visitantes, para buscar soluciones a los más de 360.000 turistas que venían entonces a nuestro país y cómo gestionar sus actividades.
Por estos años, se pone en marcha el Seguro Obligatorio de Viajeros, se comienza a restaurar el patrimonio, se crean oficinas de información y se inicia la red de Paradores. Además de ser una entidad de titularidad pública, sirve para preservar y poner en valor algunos edificios de interés artístico, histórico o cultural y fomentar el turismo de calidad.
También, en el primer tercio del siglo XX se crearán los hoteles Ritz y Palace de Madrid, el Alfonso XIII se Sevilla, el María Cristina de San Sebastián o el Alhambra Palace de Granada. El primer parador de turismo inaugurado en nuestra comunidad fue el de Pontevedra, ubicado en un palacete renacentista.

Paradores en la Ribeira Sacra
Una vez revisados algunos datos históricos, entramos al fondo de nuestro tema de hoy que son los Paradores de Turismo que encontramos en la Ribeira Sacra. Pues bien, son dos, el de Monforte de Lemos y el de Santo Estevo de Ribas de Sil, ubicado en Nogueira de Ramuín.
El tema es que no son dos paradores cualquiera, son dos de los establecimientos con más encanto que tiene esta red de hoteles, ambos están ubicados en antiguos monasterios, y ambos están declarados Bien de Interés Cultural.
Las antiguas celdas de los monjes, así como los claustros, el jardín en el caso de Santo Estevo, o los espacios comunes, se adaptaron para convertirse en alojamientos con encanto, valorados por viajeros que gustan de alojarse en edificios con gran interés cultural y artístico.

El parador de Santo Estevo
Es uno de nuestros favoritos, sin duda, y el de muchas personas porque es a veces es complicado encontrar habitación. Es verdad que este antiguo convento, que forma conjunto con la iglesia y el cementerio, el célebre Bosque de los Cuatro Vientos, y sus tres claustros, está colgado en una ladera muy cerca del Cañón del Sil, en la Ribeira Sacra ourensana.
El hotel cierra unas semanas al año, entre diciembre y febrero aproximadamente, y tiene gran encanto tanto si lo visitas en verano, como en otoño o primavera, pues los matices de color de los bosques que lo rodean cambian notablemente.
Los claustros, salones comunes y resto de elementos arquitectónicos y artísticos revelan etapas constructivas de los siglos XII al XVIII. Además de alojamiento ofrece diferentes rutas y visitas guiadas, y ha cobrado nuevo interés desde la publicación de la novela de María Oruña, incorporando rutas teatralizadas.
Uno de los lugares más fascinantes es el comedor, ubicado en las antiguas caballerizas del edificio, o los claustros, uno de ellos con terraza de la cafetería y otro que suele acoger exposiciones temporales de interés. También es recomendable visitar la iglesia, que fue construida entre los siglos XII a XV y es de estilo románico.

Parador de Monforte de Lemos
En este monte se cree que estuvieron los orígenes de la ciudad, en el que en la Edad Media se levantó su torre y resto del recinto amurallado que aún hoy podemos visitar. Sobre un templo románico se construyó desde el siglo XVI la iglesia y el monasterio que hoy son dependencias del Parador de Turismo.
La fachada del monasterio, con la figura de San Vicente, y la iglesia son de estilo neoclásico. Y el edificio que vemos junto al mismo (s.XVI-XVII), el antiguo palacio de los Condes de Lemos, forma parte también del Parador y se utiliza para eventos como congresos, jornadas o bodas.
Las vistas desde esta atalaya, de unos 360 metros de altitud, son realmente increíbles, divisándose los concellos de Pantón, los montes de la Sierra da Trapa, Auga Levada, Monte Pedroso, Moncai, etc. Algunas de las habitaciones están construidas en las antiguas celdas del monasterio y están dispuestas en torno al claustro, y también podemos ver la antigua biblioteca, hoy cafetería, o el comedor.